martes, septiembre 13

Promesas






Sin duda, existe actualmente una confederación del mal, que recluta sus tropas de todas partes del mundo, organizándose a sí misma, tomando las medidas para encerrar a la Iglesia de Cristo como en una red, y preparando el camino para una Apostasía general. No podemos sabier si de esta misma Apostasía nacerá el Anticristo, o si él será todavía retrasado, como lo ha sido por tanto tiempo; pero en rodo caso esta Apostasía, y todos sus signos e instrumentos, son del Maligno, y tienen un sabor de muerte.




¡Dios nos guarde de contarnos entre aquellos ingenuos que caen en la trampa que se está tendiendo a nuestro alrededor! ¡Dios nos libre de ser seducidos por las bellas promesas en las cuales Satán ha ocultado seguramente su ponzoña! ¿Creéis acaso que él es tan inexperto en su arte como para invitarlos en forma abierta y clara a unirse a él en el combate contra la Verdad? No, él les ofrece cebos para tentarlos. Les promete libertad civil; les promete igualdad; les promete comercio y riqueza; les promete exención de impuestos; les promete reformas. Éste es el modo en que encubre el verdadero asunto al cual los va conduciendo; los tienta a rebelarse contra sus gobernantes y superiores; él hace eso mismo y los induce a imitarlo; les promete iluminación, ofreciéndoles conocimiento, ciencia, filosofía, ensanchamiento de la mente. Él se burla de los tiempos pasados y se mofa de toda institución que los venere. Él les sopla lo que deben decir, y luego los escucha, los alaba y los alienta. El los incita a ascender a la cima. Les enseña cómo convertirse en dioses. Luego se ríe y hace bromas e intima con vosotros; los toma de la mano, pone sus dedos entre los vuestros, los agarra, y entonces ya le pertenecéis.




¿Consentiremos nosotros los cristianos en tener parte en este asunto? ¿Ayudaremos, aun con nuestro dedo meñique, al Misterio de Iniquidad que lucha por nacer, y que convulsiona al mundo con sus dolores? “¡Alma mía, no entres en su consejo; no te unas a su asamblea, honra mía!”(Gen. 49,6)




“¿Qué relación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué unión entre la luz y las tinieblas? […] Por tanto, salid de entre ellos y apartaos” (2 Cor 6, 14,17) de otro modo seréis cooperadores de los enemigos de Dios, y estaréis abriendo el camino para el Hombre de Pecado, el hijo de perdición.




John H. Newmann







Cuatro Sermones sobre el Anticristo. 2° ed. (Trad. Carlos Baliña)




(Ed. del Pórtico)

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