lunes, febrero 23
Se fue, como quien se desangra.
Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi refugio.
Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
Oigo los rumores de la gente y amenazas por todas partes,
mientras se confabulan contra mí y traman quitarme la vida.
Pero yo confío en ti, Señor, y te digo: "Tú eres mi Dios,
mi destino está en tus manos".
Líbrame del poder de mis enemigos y de aquellos que me persiguen.
Salmo 31(30),5-6.14.15-16.
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