"Si no fuese porque fuera de aquí está mi puesto de servicio, te aseguro que estaría encantado: pasarse de cuando en cuando una temporada en la cárcel es delicioso: no existe el teléfono, la comunicación con el mundo exterior se reduce a una hora al día, las comidas son algo más frugales, se puede hacer por la mañana gimnasia, porque nada le apremia a uno; se toma el sol en los patios, se lee y se escribe. Si lo hago ahora, aprovechando esta quietud, y no lo hice antes, espero que me sabrás perdonar…"
"Espero estar libre para cuando vengas otra vez. Si no lo estoy, ¿te decidirás a visitarme en la cárcel? Las horas de visita son de doce y media a una y medía. Convendrá, de venir, que vengas temprano dentro de esas horas, y que alegues un vago parentesco conmigo. Será una magnífica sorpresa verte al través de la reja. Hasta me gustaría que fueras un poco más simple para que te hiciera el efecto romántico y patético que conviene esto de verme enjaulado. Pero ni te lo producirá ni tengo interés en que te lo produzca. Estoy seguro de que, una vez más, nos entenderemos en la manera sencilla de hacer cara a esta pequeña incidencia, que ni es tan grave como para hacerle a uno acreedor al martirologio ni está tan desprovista de pequeñas incomodidades como para no tener cierto valor educativo."
Espero que me alegren unos renglones tuyos. Puedes mandarlos a casa o aquí. Mientras tanto, recibe el afecto de
JOSÉ ANTONIO
4 comentarios:
Buena para ir haciéndonos a la idea.
A quién se la escribe?
Se me ocurre que es una amiga.
Una tal I. con quien se muestra cortez y galante en varias cartas.
hay un librito con la correspondencia de un alemán tomado prisionerpo en inglaterra con su familia, que es realmente muy recomendable.
Entró*, pues, y saludó a Tobías, diciendo: “Sea siempre contigo la alegría.” Respondió Tobías: “¿Qué alegría puedo tener yo que vivo en las tinieblas y no veo la luz del cielo?” Replicó el joven: “Ten buen ánimo, pronto serás sanado por Dios”.
*El Arcángel Rafael.
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