Ahora entre nosotros la Orden mas santa está en vías de convertirse en la porción más vil de todas. Pues la sede principal se obtiene por mala conducta más que por virtud, y las sedes no pertenecen a los más dignos sino a los más poderosos.
Con facilidad y sin esfuerzos se toma para mandar a cualquiera de reciente reputación que, apenas instalado, se lanza como lo hacen los gigantes de la fábula.
Hacemos santos de un día para otro, y pretendemos que tengan sabiduría los que ni siquiera la han aprendido y que no han aportado a la función que acceden más que el deseo de encaramarse en ella.
(San Gregorio Nacianceno, Orat. 43)
Tomado de "La Iglesia de los Padres" del Beato J. H. Newman. p.87/8