martes, diciembre 2

Los Obispos y La Montonera



Quizás por devolver gentilezas, la 96ª Asamblea Plenaria de los Obispos de la Argentina.se realizó en “La Montonera”


Algunos imaginaron que prologando el Adviento, dirían algo sobre la segunda Venida de Cristo.


Otros, sabiendo el compromiso del episcopado con la “realidad política y económica del país”, imaginaron que valientemente denunciarían los males que aquejan a este mundo: la usura, el aborto, los ataques al matrimonio por parte del lobby homosexual. Solo por mencionar algunos.


Descarto que ya no dirán nada sobre otros temas incómodos como el liberalismo, el marxismo, la perversidad intrínseca de los medios de comunicación, o la hostilidad feroz a la liturgia tradicional.


Pero no.


Aquí tenemos algunas de las profundas reflexiones que nos brindan para preparar la Navidad y para estar atentos a la Vuelta de Cristo en su Gloria (salvo que este almacenero este equivocado sobre el sentido del Adviento o no haya leído bien el misal legado por su abuela).



Decían los pastores.


“Muchos signos nos hacen pensar que está por nacer un país nuevo, aunque todavía no acaba de tomar forma” aunque hay “aprendizajes cívicos importantes.”


“Crecimos en la promoción de los derechos humanos, aunque todavía debemos avanzar en su concepción integral, que abarque a la persona humana en todas sus dimensiones, desde la concepción hasta la muerte natural (CDSI, 154). También maduramos en la aceptación del pluralismo, que nos enriquece como sociedad, aunque todavía persisten resabios de antiguas intolerancias”.


No hay democracia estable sin una sana economía y una justa distribución de los bienes (ICN, 129), aunque entre todos debemos seguir trabajando a fin de hacerla realidad y que no quede sólo en una consigna o en un plano teórico o meramente emotivo”


Hay una opinión generalizada sobre la necesidad de establecer políticas públicas que, tomando como fundamento nuestra Constitución Nacional, propicien un desarrollo federal, sano y armónico de la Argentina. Esta no es una preocupación nueva. Forma parte del pensamiento y del servicio histórico de la Iglesia: “no hay democracia posible sin una leal convergencia de aspiraciones e intereses entre todos los sectores de la vida política con miras a armonizar el bien común, el bien sectorial y el bien personal, buscando una fórmula de convivencia y desarrollo de la pluralidad dentro de la unidad de objetivos fundamentales”( ICN, 127).


“Es indispensable procurar consensos fundamentales que se conviertan en referencias constantes para la vida de la Nación, y puedan subsistir más allá de los cambios de gobierno”


“Se deberían institucionalizar las necesarias políticas públicas para el crecimiento de toda la comunidad. Instalarlas requiere la participación y el compromiso de los ciudadanos, ya que se trata de decisiones que no deben ser impuestas por un grupo, sino asumidas por cada uno, mediante el camino del diálogo sincero, respetuoso y abierto”.


Necesitamos aceptar que toda democracia padece momentos de conflictividad. En esas situaciones complejas, alimentar la confrontación puede parecer el camino más fácil. Pero el modo más sabio y oportuno de prevenirlas y abordarlas es procurar consensos a través del diálogo.”


Sólo el diálogo hará posible concretar los nuevos acuerdos para proyectar el futuro del país y un país con futuro.


Ello es fundamental en este tiempo, donde la crisis de la economía global implica el riesgo de un nuevo crecimiento de la inequidad, que nos exige tomar conciencia sobre la “dimensión social y política del problema de la pobreza”


Como Iglesia, este déficit nos cuestiona. En un continente de bautizados, advertimos la notable ausencia, en el ámbito político, comunicacional y universitario, de voces e iniciativas de líderes católicos, con fuerte personalidad y abnegada vocación, que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas



Sinceramente no entendí nada. Mejor les dejo un fragmento del padre Leonardo Castellani que tampoco termino de entender pero me resulta mas claro.



"
Cuando las inmensas vicisitudes del drama de la Historia, que están por encima del hombre y su mezquino racionalismo, llegan a un punto que excede a su poder de medicación e incluso a su poder de comprensión -como es el caso en nuestros días-, sólo el creyente posee el talismán de ponerse tranquilo para seguir trabajando (...) Cuando parece que los cimientos del mundo ceden y se descompagina totalmente la estructura íntegra -como pasó, por ejemplo, en el siglo XIV- entonces el sabio lee el Apokalipsis y dice: «Todo esto está pre visto y mucho más. ¡Atentos! Pero después de esto viene la victoria definitiva. El mundo debe morir. Aunque de muchas enfermedades ha curado ya, una enfermedad será la última. Mas, el alma del mundo, como la del hombre, no es una cosa mortal» (...) La consideración de la visión religiosa de la crisis actual es uno de los motores más poderosos (el primer motor incluso) del movimiento político y económico. Si el hombre no tiene una idea de adónde va, no se mueve; o, si se sigue moviendo, llega un momento en que su movimiento deja de ser humano y se vuelve una convulsión (Visión religiosa de la crisis actual. Cristo, ¿vuelve o no vuelve?, pág. 286).

3 comentarios:

Whiskerer dijo...

Puajjj!!! mejor me voy a una taberna con un libro de castellani abajo del brazo. Y que los Obispos se queden amontonados donde están.

Javier del Río dijo...

Estimado compañero de estas desoladas tierras de sedicla, que compartes pesares y sinsabores...
Bueno es simplemente para avisarte que acabo de copiarte el post, que me pareció buenísimo y lo pegué en mi blog. Un abrazo. Javier del Río.

Whiskerer dijo...

Almacenero, por suerte puedo contarle algo que quizás lo reconforte. Me fui para el interior el fin de semana, y a misa a una basílica, "encreyéndome" yo que me iba a comer por sermón otra biaba como la que Ud. publica de nuestros obispos, resultó que al cura párroco se le salió la cadena y dijo cosas como:

"Hoy, a catorce años de mi ordenación, las cosas están muy mal. Reina el mal y en mi criterio personal, está reinando el anticristo. Pero sigamos con el afán de lucro, con la sexualidad desordenada, la propaganda, la television, con nuestros negocios, nuestras cosas, en las que Dios no tiene cabida."
Y se pasó media hora dándole vuelta a las mismas cosas, cada vez más engranado el pedazo de cura....., citando a Pio XII y a otros.
Había hecho poner una gran leyenda sobre la faldilla del mantel del altar (ni idea si tendrá un nombre especial, me dirá Ud., almacenero), que decía "Ven, señor Jesús, Ven".
Recordándoles expresamente a todos en su sermón que de esto se trata el adviento y en definitiva, la religión católica. De esperar, resistir, estar alertas y desear que vuelva.
Y cerró con un: "Quién les dice no sea éste el último adviento. Las cosas están cómo para". O algo así.

Fenómeno, Padre, espero que a partir del domingo no esté en una capilla rural dándole de comer a las gallinas..