lunes, noviembre 24

Dolor de amigos


Dolor complicado.
Ausencia prolongada. Trabajo sin hacer.
Y que v'acer?
Pedir ayuda sería buena cosa. Y mucho mejor recibirla.

Así dicen que son las cosas en la posmodernidad.

¿Y donde encontrar consuelo? .




¿Se mitigan el dolor y la tristeza por la compasión de los amigos?

Parece que no porque:

1. Los efectos de los contrarios son contrarios. Pero como dice San Agustín en VIII Confess. : Cuando el gozo es de muchos, en cada uno de ellos es el gozo más abundante, porque se enfervorizan y se inflaman unos a otros. Luego, por la misma razón, cuando muchos se entristecen a la vez, parece que la tristeza es mayor.


2. La amistad exige que se devuelva amor por amor, como dice San Agustín en IV Confess. Pero el amigo que se conduele se duele del dolor del amigo afligido. Luego el dolor mismo del amigo que se conduele es causa de nuevo dolor para el amigo que ya se dolía de su propio mal. Y así, duplicado el dolor, parece crecer la tristeza.


3. Todo mal del amigo contrista como mal propio, porque el amigo es otro yo . Pero el dolor es un mal. Luego el dolor del amigo que se conduele aumenta la tristeza del amigo a quien compadece.
Contra esto: está lo que dice el Filósofo en IX Ethic., que el amigo que se compadece en las tribulaciones consuela.

Respondo:
El amigo que se conduele en las tribulaciones es naturalmente consolador. De lo cual da dos razones el Filósofo en IX Ethic.

La primera de ellas es porque, siendo propio de la tristeza el apesadumbrar, implica la idea de cierto peso, del cual procura aligerarse quien lo sufre. Así, pues, cuando alguien ve a otros contristados de su propia tristeza, se hace como una ilusión de que los otros llevan con él aquella carga, como si se esforzaran en aliviarle del peso, y, por eso, lleva más fácilmente la carga de la tristeza, como también ocurre en la transportación de las cargas corporales.

La segunda y mejor razón es que, por el hecho de que sus amigos se contristan con él, entiende que le aman, lo cual es deleitable, como se ha dicho anteriormente (q.32 a.5).

Luego, mitigando toda delectación la tristeza, según se ha indicado antes (a.1), se sigue que el amigo que se conduele mitiga la tristeza.

A las objeciones:

1. La amistad se manifiesta en uno y otro caso, esto es, alegrándose con el que se alegra y condoliéndose con el afligido. Y, por consiguiente, ambas cosas se hacen deleitables por razón de la causa.


2. Aún más: La contemplación de la del amigo de suyo contristaría, pero la consideración de su causa, que es el amor, más bien deleita.


3. La respuesta es evidente por lo dicho.

Santo Tomás de Aquino.
Suma Telógica, I.II q. 38

ADDENDA: Nunca pretendí ser original, pero...

¿A quien voy a convencer ahora que no había leído a Eduardo hablando de estas cosas?.

Y no lo había leído. Una lástima porque vale la pena leerlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado ciberamigo:
Recién hoy he visto tu post puesto al comienzo de mi humilde y elemental blog. Te agradezco tu visita y quedo a tu disposición si es que puedo serte útil en algo. Mis felicitaciones por el tuyo.
Un abrazo
javier_del_rio@yahoo.com.ar
http://surgepropera.blogspot.com/

Anónimo dijo...

En tiempos como estos, lo único que nos queda es la amistad sincera, que cada vez es menos y es la poca que queda es muy difícil conservarla.
Ud. que de su almacén nos regala gemas de un valor incalculable, como la amistad, tenga por seguro que lo considero un amigo.
Carlín